lunes, 8 de diciembre de 2008

Los efectos de las drogas, poutpourri



¿Por qué no sales?
Siempre que he intentado cruzar esa puerta y salir a ese hermoso prado, he llevado un golpe y caído, no vuelvo a intentarlo nunca más.
Eso no es la puerta, es un espejo.


¿Por qué te paras? No puedes estar cansad@, siendo tan joven.
Sufrí una enfermedad cardíaca, mi corazón quedo dañado.
Espero por ti, iremos a tu ritmo, caminaremos juntos.
No, vete, no te pares, daré la vuelta.
Si llevamos mucho andado, volver es imposible.
Además, yo nunca te dejaré, los dos lo sabemos.


Me encanta Jacques Brel, el cantor del amor.
No te confundas, es el cantor del desamor.


¿Qué es eso, padre?
Un tándem, una bicicleta para dos personas.
Pedaleando juntos, coordinados, llegarán a donde quieren, sin cansarse.
¿Y si no se ponen de acuerdo?
Se fatigan y no avanzan y no consiguen nada.

En el velatorio suena un móvil.
Es dentro del ataúd, el estupor se mezcla con el dolor.
Atenderé yo, menos mal que la familia no está sola.
Al otro lado del teléfono, la sorpresa.
Sí, soy yo, yo, amigo, no te extrañes y escucha mi última petición:
Dile que no la quería, que todo era mentira, por favor.
Si estáis,…, estabais…, profundamente enamorados.
Precisamente por eso, amigo, precisamente.


El accidente fue trágico: el auto, antes de perder el control y empotrarse contra la casa, se llevó dos caminantes y dos ciclistas en un tándem. Y aún se recuerda, como leyenda urbana, el sonido del móvil del conductor dentro del ataúd, con esa melodía en francés. Desde entonces, funciona un inhibidor de frecuencias en todos los tanatorios.

1 comentario:

RequetePa dijo...

Que curioso post. A estas horas, y con el cansancio acumulado no puedo ser más extensa, pero quería decir que me resulta curioso.