Era el martes de carnaval en Ourense. Surgió la magia, y eso que de ti sólo conocí tu alegre disfraz de payasa, tu altura, tan complementaria, y esa felicidad que mostrabas.
Nos quisimos hasta la extenuación, durante todo el casco viejo, desde aquella terracita hasta el portal de tu casa.
Si quieres, me verás, seré tuya, seremos uno. Pero necesito confiar en ti.
Todos los días 13 de cada mes voy a misa de ocho en la iglesia de Santa María, en Pontevedra, acompañando a mi anciana tía. Siempre nos sentamos en el mismo banco, bajo la imagen de Fátima, a la que está ofrecida desde su enfermedad de corazón.
Allí te esperaré siempre, para cuando quieras estar.
No había allí nadie más que yo, en esa iglesia y hora, bajo esa imagen. Tampoco el siguiente mes.
Desde entonces, todos los días 13 de cada mes, de cada estación, de cada año, repetí el mismo ritual de coche, iglesia, misa. Pero nunca hubo una joven con su tía. Bancos vacíos, parejas de viudas, o, lo más habitual, bancadas vacías en toda la ceremonia, se nota la falta de fe.
Y, entre el dolor por su recuerdo y su ausencia, el ritual de la misa, y ese olor a incienso, sudor y alcanfor, empecé a odiar las iglesias. Sentía rechazo incluso al pasar cerca de ellas. Pero nunca falté, nunca, nunca dejé de ir.
En una ocasión, al llegar, un equipo médico de urgencias retiraba un cuerpo totalmente tapado. ¿Qué ha pasado?, pregunté a una ya conocida feligresa. Una desgracia, pobre joven, sollozó. Toda la vida acompañando a su tía a la misa de Fátima, y es ella la que muere de repente de corazón bajo su imagen. ¡Qué desgracia!.
Pero… ¿no es ésta la imagen de Fátima?. ¡Por Dios, no sea descreído, toda la vida viniendo aquí y no distingue a Santa Rita de la virgen de Fátima!. Fátima está ahí enfrente, donde siempre se sentaban ellas, donde cayó, pobrecilla, tan joven y sin recibir los Santos Sacramentos, qué desdichada.
martes, 19 de agosto de 2008
Por qué odio las iglesias
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2 comentarios:
Poco a poco has ido pasando a la narrativa con mucho xeito.Ahora me pregunto: drama? comedia?
Definitivamente esta 'prueba de confianza' era rara rara...cosas del amor.
Pobre hombre. Ella palmó, pero él tendrá que vivir toda su vida con su recuerdo. Mujeres!!!!!
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