viernes, 30 de mayo de 2008

Y, ahora, poesía portuguesa

Hoy, aquí en Oporto, ha caído en mis manos un libro de poesía, portuguesa, claro.
Lo ojeo, me atrae, me paro un poco más...
El autor, Nuno Júdice.
Ya, ya sé que son malos tiempos para la lírica, pero es tan tarde y, como ha hecho conmigo, quien sabe si a algún/a blogger/a le hará vibrar esas partes del cuerpo o del alma que, mal que nos pese, tienen vida propia.

(Perdón por su longitud, y por la posiblemente deficiente traducción)


CARTA (esbozo)

Me acuerdo ahora que tengo que fijar un
encuentro contigo, en un sitio en que ambos
nos podamos hablar, de hecho, sin que ninguna
de las ocurrencias de la vida interfiera
en lo que nos tenemos que decir. Muchas
veces me he acordado de que ese sitio pod{ia
ser, incluso, un lugar sin nada de especial,
como un rincón en un café, frente a un espejo
que podría servir de pretexto
para reflejar el alma, la impresión de la tarde,
el último estertor del día antes de despedirnos,
cuando hay que encontrar una fórmula que
disfrace lo que, al final, no conseguimos decir. Es
que el amor no siempre es una palabra de uso,
aquella que permite el paso a la comunicación
más exacta de dos seres, a no ser que nos falte,
de pronto, el sentido de la despedida, y que cada uno de nosotros
lleve, consigo, al otro, dejando tras de sí el propio
ser, como si un intercambio de almas fuese posible
en este mundo. Entonces, es natural que te vuelvas y
me pidas: “¡Ven conmigo!”, y debo decirte que muchas
veces he pensado en hacer eso mismo, pero era tarde,
esto es, la puerta se había cerrado hasta otro
día, que es aquel que acaba por no llegar nunca, y entonces
las palabras caen en el vacío, como si nunca hubiesen
sido pensadas. Mientras tanto, al escribirte para fijar
un encuentro contigo, sé que es irremediable lo que tenemos
que decirnos uno al otro: la confesión más exacta, que
es también la más absurda, de un sentimiento; y, por
siguiente, como si el amor, de hecho, pudiese cambiar los colores
del cielo, del mar, de la tierra, y del propio día en que nos vamos
a encontrar, que ha de ser un día azul, de verano, en que
el viento podrá soplar del norte, como si fuese de allí
de donde viniesen, a esta altura, los colores más precisos,
que son los nuestros: el verde de las hojas y el amarillo
de los pétalos, el rojo del sol y el blanco de los muros.
Nuno Júdice

CARTA (esboço)

Lembro-me agora que tenho que marcar um
encontro contigo, num sítio em que ambos
nos possamos falar, de ipso, sem que nenhuma
das ocorrências da vida venha
interferir no que temos para nos dizer. Muitas
vezes me lembrei de que esse sítio podia
ser, até, um lugar sem nada de especial,
como un canto de café, em frente de um expelo
que poderia servir de pretexto
para reflectir a alma, a impresao da tarde,
o último estertor do dia antes de nos despedirmos,
quando é preciso encontrar uma fórmula que
disfarce o que, afinal, nao conseguimos dizer. É
que o amor nem sempre é uma palabra de uso,
aquela que permite a passagem á comunicaçao
mais exacta de dois seres, a nao ser que nos falte,
de súbito, o sentido da despedida, e que cada um de nós
leve, consigo, o outro, deixando atrás de si o propio
ser, como se uma troca de almas fosse posível
neste mundo. Entao, é natural que voltes atrás e
me peças; “Vem comigo!”, e devo dizer-te que muitas
vezes pensei en fazer isso mesmo, mas era tarde,
isto é, a porta tinha-se fechado até outro
dia, que é aquele que acaba por nunca chegar, e entao
as palabras caem no vazio, como se nunca tivessem
sido pensadas. No entanto, ao escrever-te para marcar
um encontro contigo, sei que é irremediável o que temos
para dizer um ao outro: a confissao mais exacta, que
é também a mais absurda, de um sentimento; e, por
tras disso, a certeza de que o mundo há-de ser outro no día
seguinte, como se o amor, de ipso, pudesse mudar as cores
do céu, do mar, da terra, e do propio dia em que nos vamos
encontrar, que há-de ser um dia azul, de verao, em que
o vento poderá soprar do norte, como se fosse daí
que viessem, nesta alturas cores mais precisas,
que sao as nossas: o verde das folhas e o amarelo
das pétalas, o vermelho do sol e o branco dos muros.

Nuno Júdice

3 comentarios:

RequetePa dijo...

Observo que ayer estuvo aún un buen rato trabajando con la poesía portuguesa. Podemos empezar a pensar que Nuno Júdice ya tiene un fan más?
No sé si me gusta más la traducción o el original.

¹³(¯`·._)13(¯`·._)¹³ dijo...

Muy bonita ...mu profunda

Anónimo dijo...

Amor?, preguntaba 13...
Si hay ausencia dolorosa puede haber virus.

"Quiero decirte una cosa sencilla: tu /
ausencia me duele. Me refiero a ese dolor que no /
hiere, que se limita al alma;pero que no deja,/
por eso, de dejar algunas señales: un peso /
en los ojos, en lugar de tu imagen, y /
un vacío en las manos, como si tus manos les /
hubiesen robado el tacto. Son estas las formas /
del amor, podría decirte; y añadir que /
las cosas sencillas también pueden ser /
complicadas, cuando nos damos cuenta de la /
diferencia entre el sueño y la realidad. Sin embargo /
es el sueño el que me trae tu recuerdo; y la /
realidad me aproxima a ti, ahora que /
los días corren más deprisa, y las palabras /
quedan presas en una refracción de instantes, /
cuando tu voz me llama desde dentro de /
mí, y me hace responderte una cosa sencilla,/
como decir que tu ausencia me duele.

Nuno Júdice, Ausencia.